La pose
y el humor no son suficientes para construir un candidato, mucho menos para gobernar.
Es la eterna paradoja de cantidad vs calidad.
El equilibrio tan ausente en la conquista del electorado, se hace visible cuando
los políticos quieren incrementar la popularidad pero sin proponer nada más que
la construcción de una historia que ofrece el marco adecuado para que el nombre
se repita constantemente en los medios.
La banalización de la política es algo que
nos sucede como sociedad y cada vez se profundiza más, con el riesgo que
conlleva que esperemos todo el tiempo que los políticos nos diviertan.
La asignación de valor respecto a las
virtudes que debería tener un político, van modificándose en el tiempo y de
acuerdo al contexto, pero hay algo que no cambia y es que para los ciudadanos es importante que un político
tenga el suficiente equilibrio interno para destacar las cuestiones serias
sobre las frívolas, las cosas útiles sobre lo que no significa nada, lo
virtuoso de lo mediocre, etc. En esta perspectiva que un político este enredado
en un programa de ¨chimentos¨, a mi entender, no contribuye a fortalecer al
candidato al contrario lo vuelve más popular pero menos creíble, el costo es
muy alto.
Si el objetivo aquí es llegar al mayor número
de personas entonces lo logran porque la televisión como medio masivo alcanza a
gran parte del electorado de una forma rápida y eficaz. Si a esto le sumamos el
aditivo del ¨shock subjetivo¨ que provoca ver a un político junto a una figura
del espectáculo contándonos ¨casi todo¨ de sus vidas privadas, tendremos allí
un gran número de personas atentas a la historia. Una historia que no termina
allí y seguirá contándonos más detalles que ¨engolosinarán¨ nuestra curiosidad.
En ese proceso, el político comienza a percibirse de otra forma.
En una sociedad donde las propuestas
políticas no generan credibilidad ni mucho
menos empatía, aparece el fenómeno de la popularidad cubriéndolo todo y
alcanzando ese lugar anhelado dentro de nuestra
subjetividad.
La televisión es un medio muy popular y es un
canales de comunicación que los políticos tienen que utilizar con equilibrio e
inteligencia. No está mal que hagan apariciones en programas de entretenimiento
para explotar su carisma si es que lo tienen pero siempre con un enfoque
creíble sobre lo que importa o los valores a los que la gente le atribuye
importancia. La ligereza con la que se manejan en el detalle de las propuestas políticas
es por lo menos ¨llamativo¨, y es eso lo que tenemos que revisar para no quejarnos
después de los políticos que nos gobiernan.
Políticos, empresarios amigos y figuras populares (modelos, actrices y bla bla) parecerían
necesitarse los unos a los otros en el entramado del poder. Todos partes de un mismo
engranaje ególatra que se aleja cada vez más de la ciudadanía, de las personas comunes sin
privilegios ni contactos.
No hay que perder de vista las virtudes más
difíciles que un político debería proyectar porque¨ la pose y el humor¨ no son
suficientes para construir un candidato ni mucho menos para gobernar a una sociedad
que necesita resolver sus problemas mientras que otros se siguen divirtiendo.
Puede que parte de la solución estaría en ejercitar más el pensamiento lateral, ¿cómo vamos de pensamiento lateral?http://speakerscorner.es/abre-el-camino-lateral/
ResponderBorrarQue buen artículo! Todos los politicos deberian leerlo.
ResponderBorrarLa sociedad ya esta cansada de gobiernos que no son empaticos con los pueblos. Siempre a sus ordenes. Mis respetos.
ResponderBorrarLic. Ariel Udibarru.
Me ha gustado mucho lo que les he leido. Gracias
ResponderBorrarBuenas noches me acerco para consultarle si es posible que me sugieran algunos libros que tengan que ver con relaciones públicas estoy considerando el comenzar estudiar dicha carrera gracias
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